El informe anual sobre el sector de las energías renovables a nivel mundial publicado por la Agencia Internacional de la Energía presenta un análisis del mercado y un pronóstico de su comportamiento tanto en los sectores de electricidad como en los de la calefacción y el transporte, además de explorar los principales desafíos del sector industrial y la identificación de las barreras que impiden un crecimiento más rápido.
El documento publicado en diciembre de 2021, abarca hasta el 2026 y puntualiza que las energías renovables, aunque siguieron despegándose a un fuerte ritmo durante la crisis sanitaria del COVID-19, se enfrentan a nuevas oportunidades y retos. Analiza la política actual y la dinámica del mercado, a la vez que sitúa el reciente aumento de los precios de la energía y las materias primas en su contexto. Además de ello, se investigan las tendencias a seguir, incluyendo en ellas el almacenamiento, la producción de hidrógeno a partir de electricidad renovable, los biocombustibles y la calefacción residencial entre otras.
Para 2026, se prevé que la capacidad global de electricidad renovable aumente más del 60 % desde los niveles de 2020 a más de 4 800 GW, equivalente a la capacidad de energía global total actual de los combustibles fósiles y la energía nuclear combinadas. Se prevé que las energías renovables representen casi el 95 % del aumento de la capacidad energética mundial hasta 2026, y la energía solar fotovoltaica por sí sola proporcionará más de la mitad. Se espera que la cantidad de capacidad renovable agregada durante el período de 2021 a 2026 sea un 50% más alta que entre 2015 y 2020. En Europa, en 2026 se estima que la capacidad instalada renovable alcance los 750 GW, instalando de media unos 40 GW al año.
Sin embargo, incluso este despliegue más rápido aún estaría muy por debajo de lo que se necesitaría en un camino global hacia las emisiones netas cero para mediados de siglo. Eso requeriría adiciones de capacidad de energía renovable durante el período 2021-26 para promediar casi el doble de la tasa del caso objetivo del informe. También significaría un crecimiento en la demanda de biocombustibles de un promedio cuatro veces mayor que en el caso objetivo, y una demanda de calor renovable casi tres veces mayor.