El presente informe publicado por la agencia internacional de energías renovables (IRENA), Renewable Energy Auctions status and trends beyond price , se centra en un nuevo diseño innovador de subastas, que permite lograr los objetivos nacionales más específicos para cada uno de los países, más allá de la reducción de precios de la electricidad.
A medida que madura el sector de las energías renovables, las políticas también necesitan adaptarse para reflejar las condiciones cambiantes del mercado, los nuevos desafíos técnicos y socioeconómicos; y la necesidad de una transición inclusiva y justa más allá del sector energético. La reducción de costes de las nuevas tecnologías, la creciente prevalencia de energías renovables variables (es decir, solar y eólica) en el sistema energético, y el mayor énfasis de las políticas en los objetivos económicos, sociales y ambientales; han alterado las condiciones para los nuevos participantes en el mercado y los nuevos proyectos de generación de energía eléctrica. Ante estas nuevas situaciones se abren nuevas oportunidades que deberían ser consideradas a la hora de diseñas las subastas:
- La integración de energía solar y eólica en la red (99,1% de la potencia renovable subastada en 2017-2018, Imagen 1);
- Asegurar una mayor participación de comunidades, pequeñas empresas o nuevos participantes en el mercado.
- Maximizar los beneficios socioeconómicos de las energías renovables, incluyendo la creación de empleo.
El número de países que adoptan estas medidas cambia cada año, particularmente a medida que más y más recién llegados adoptan subastas. Entre 2017 y 2018, unos 55 países (un tercio de ellos sin experiencia previa) utilizaron subastas para obtener electricidad basada en energías renovables, lo que elevó el número de países que han celebrado al menos una subasta de energías renovables a 106 para fines de 2018. La decisión de estos recién llegados de adoptar subastas probablemente fue impulsada por el éxito de las subastas en otros mercados para alcanzar precios bajos y alcanzar otros objetivos. Sólo en 8 años (entre 2010 y 2018), el precio medio global de la energía solar fotovoltaica cayó un 77% alcanzando una media de 58,7 USD/ MWh, mientras que la energía eólica terrestre disminuyó un 36% hasta una media global de 47 USD/ MWh (Imagen 2).