Según nuevos estudios de un reporte del instituto estadounidense Rocky Mountain Institute (RMI), el año 2019 representa un punto de inflexión para las energías renovables.
El RMI es un instituto independiente, sin fines de lucro y que promueve la transición energética estadounidense a un modelo energético renovable; publicó un estudio en el cual dice que la industria de energías renovables (ER) adelantará a la industria de gas (combustibles) en los próximos 16 años. Aunque en los pasados 20 años el país invirtió mucho dinero en la infraestructura del sector gasista, en el futuro será un sector más caro económicamente que el sector de las EERR. En concreto dice que será más caro explotar el 90% de las centrales eléctricas alimentadas con gas natural que construir parques eólicos y solares con sistemas de almacenamiento en 2035.
Invertir en proyectos cercanos de cogeneración y su infraestructura puede causar inversiones no rentables económicamente hablando, suponiendo deudas de mil millones a partir de mediados de los 2030, si los costes de energías renovables continúan bajando. Con el decrecimiento de los precios de la energía producida a través de las renovables, la demanda de energía cogenerada bajara y sus costes aumentarán entre un 30 y 140% (depende de la región considerada), afectando a los precios de cada particular. El efecto anunciado del informe ya se está observando en generadores y distribuidores de energías fósiles en algunas regiones de EE. UU. como en el Medio Oeste. Según el RMI, algunos están ya planeando la retracción de actividades de plantas de generación basadas en combustibles fósiles antes de lo previsto, incluso reemplazándolas por centrales de energías renovables.