En este informe presentado por el Observatorio de Sostenibilidad (OS), encontramos un análisis de la evolución de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en España desde 1990 hasta 2019 además de predicciones, recomendaciones y desafíos del futuro hacia el objetivo 2050.
En 2019 las emisiones de GEI disminuyeron un 5,8% (19,35 millones de tCO2eq, toneladas de CO2 equivalente) respecto 2018. Esto se debe principalmente a la disminución del 69,4% en la quema de carbón para generación eléctrica entre otras cosas, dado el aumento del precio de carbón por derecho de emisión de CO2. Sin embargo, debido a que el 2019 no fue un año especialmente lluvioso, parte de este descenso de generación de carbón sumado al descenso de producción hidráulica del 27,6%, fue compensado por un aumento de la producción de las centrales de ciclo combinado en un 93,7% (aumentando el consumo de gas natural en un 14,6% respecto 2018) mientras que la parte restante fue cubierta por las energías renovables que crecieron en total un 44,8%, repartidos en: 8,4% en eólica, 19,6% en fotovoltaica y 16,8% en termosolar lo que explica esta disminución de emisiones. Sólo la eólica evitó le emisión en 2019 de 28 millones de tCO2eq.
El sector energético (generación electricidad, refinerías, transporte, residencial y servicios…) es sin duda el mayor responsable de las emisiones de GEI, en 2019 representó el 84,8% del total (creciendo las emisiones en el transporte por carretera un 0,6% y un 3,5% en el transporte aéreo interior) seguido del resto del sector industrial (cementeras, industria química y metalúrgica) 9,8%, residuos 4,9%, la agricultura y ganadería un 14,2% y han sido absorbidos por usos del suelo y forestal un 12,86% del total de las emisiones.
España sigue siendo uno de los países industrializados donde más han aumentado las emisiones desde 1990 y sigue necesitando un importante esfuerzo para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones para 2030 y frenar nuestra aportación al cambio climático. Entre las medidas que propone el OS a mayores para cumplir con el borrador del PNIEC podemos destacar: simplificación de la tramitación del autoconsumo y la energía distribuida, política industrial planificada y activa, medidas de transición justa, reforma fiscal energética a través de la creación de un impuesto sobre el CO2, cambio del mercado eléctrico que asigne señales de precios a la energía, cambio del modelo marginalista de fijación de precios mediante una auditoría actualizada de todos los costes del sistema y planes estratégicos para descarbonizar las ciudades.
Todas las políticas púbicas, programas de ayuda y medidas llevadas a cabo en el presente año 2020, no han tenido una dimensión suficiente como para que pueda apreciarse una disminución de las emisiones de manera significativa. Sin embargo, previsiblemente, la crisis desatada por el coronavirus supondrá una caída aún mayor de las emisiones con respecto el año anterior dada la desaceleración en la economía mundial y nacional junto con la crisis bursátil que se está viviendo.