Tras cinco años de estancamiento del sector eólico español, en el 2018 se volvió a registrar un aumento de 392 MW nuevos instalados. Aunque en los años de la última década el crecimiento fue mucho más alto y la aportación de la eólica a la demanda energética fue un poco más alta, estos últimos desarrollos indican que España ha vuelto al buen camino . El recién publicado “Estudio macroeconómico del impacto del sector eólico en España” elaborado por la Asociación Empresarial Eólica (AEE), informa sobre todos los puntos y ámbitos importantes. Desde la revisión de la situación actual, se trata también de otros puntos como la cadena de valor, el impacto socioeconómico, la fiscalidad, los términos de dependencia energética y su relevancia en el extranjero.
Las principales cifras publicadas son las siguientes: Ya desde el año 2017 la eólica es la segunda tecnología más usada en todo el sistema de generación español. En 2018 cubrió el 19% de la demanda, lo que sería un equivalente de 11 millones de hogares o casi 50.000 GWh de energía generada. Se observa que tuvo un gran incremento en la comunidad de las Islas Canarias, en la que se instalaron 190 MW nuevos de energía eólica durante 2018. La aportación medioambiental supuso un ahorro de 26M de toneladas de CO2 y un ahorro financiero de 1.699M € en importación de combustibles fósiles. La aportación al PIB fueron unos 3.584 M€, o el 0,31% del PIB total, y que representa un crecimiento del 5,8% respecto al año 2017. Este porcentaje también repercutió positivamente al incremento de empleo, que creció un 6,1% comparado con el año 2017. En total, estuvieron empleados casi 24 mil personas en el sector eólico a finales de 2018. La última gran cifra indica que España sigue siendo el tercer exportador de tecnología eólica en el mundo, tras Dinamarca y Alemania.
El estudio también estima que España duplicará su potencia instalada en los próximos 10 años para alcanzar un total de 50.000 MW instalados. Según los responsables, un paso importante hacia este camino se creó con la aprobación reciente del Real Decreto 17/19 de retribuciones a la inversión de plantas de generación renovables. Sin embargo, hay un punto que todavía no está suficientemente adaptado al sector eólico. La Balanza fiscal sigue siendo sobre la media de otras tecnologías u otros sectores comparables, que hoy en día están menos tributados. En los ámbitos de I+D el esfuerzo sigue siendo superior al de otros sectores, lo que indica su buen desarrollo económico últimamente vinculado a su grado de conocimiento en la ciudadanía.
Este aumento del grado de popularidad del sector eólico se puede ver también en una encuesta pública realizada por la AEE. El 75% de la ciudadanía española menciona a la energía eólica de forma espontánea, lo que significa que es la renovable más conocida entre los españoles. Además, según la encuesta, un 87 % de los ciudadanos están a favor del incremento de la eólica y de la construcción de nuevos parques. En general la eólica tiene un futuro próspero para la próxima década. Con el repowering y la construcción de nuevos parques se podrán alcanzar las metas presentadas para el año 2030, aunque será importante de encaminar mano a mano otros sectores vinculados, como el desarrollo de las redes de distribución y transporte, con el desarrollo de la eólica.